La conservación de la naturaleza y los derechos humanos  están íntimamente relacionados. Esta relación queda especialmente clara si nos centramos en la problemática de las poblaciones aborígenes de la Tierra.

Los pueblos indígenas han vivido y en algunos cada vez más escasos casos viven aún en estrecha relación con el medio natural en el que viven.

Ya no es ningún secreto que el saber ancestral de estos pueblos les ha permitido vivir en estrecha armonía con la naturaleza, aprovechando de manera realmente sostenible los recursos naturales.

Desgraciadamente en la actualidad observamos que en muy distintos lugares del mundo la situación de los pueblos indígenas está muy amenazada. Los pasos implacables del desarrollo del mal llamado primer mundo ha aplastado la manera de vivir de estos pueblos. La aculturización cuando no la mera desaparición de sus territorios ancestrales es ya un fenómeno global.

Así pues, ésta es una problemática muy grave que hay que denunciar de manera clara ya que afecta tanto a la cultura, a la conservación de la naturaleza y también a los derechos humanos.

Son muchos los casos en los que podemos referenciar este grave problema. El programa MAB (Hombre y Biosfera) de la UNESCO pso en relieve la necesidad de contemplar el papel de estas sociedades en la conservación de la Biosfera. Sin embargo en pleno siglo XXI sería interminable describir las situaciones en las que se vulneran estos objetivos.

Los territorios indígenas son muy codiciados por grandes empresas multinacionales. Es allí donde se concentran las últimas áreas sin explotar desde el punto de vista de recureos naturales: madera, recursos mineros o petrolíferos. Estos macroproyectos afectan de manera directa la cultura y sobrevivencia de infinidad de etnias. Infraestructuras de transporte atraviesan amplias zonas indígenas. Todo este “desarrollo” se implementa sin tener en cuenta los derechos indígenas. Y es allí donde se atenta gravemente contra los derechos humanos. Estas poblaciones, y siempre en en el mejor de los casos, deben trasladarse y pasan a formar parte del último escalafón de las sociedades en los países donde viven.

Es aquí donde esta problemática de tipo cultural y conservacionista se convierte en un problema de primer orden en lo que se refiere a los derechos humanos.
Cual es el papel de los distintos gobiernos?

A pesar de que esta es una problemática universal y que se extiende por los cinco continentes, hay un punto de lamentable coincidencia. La gran mayoría de los gobiernos, sean del signo político que sean, obran con un desprecio absoluto por los derechos de los indígenas. Parece que solo son considerados como un obstáculo al progreso. No parece razonable que el destino de los indígenas esté pues sometido a los intereses de las empresas multinacionales, pero al parecer es así.

No es éste el lugar para detallar casos concretos,  pero a nadie se le escapa en que podemos encontrar algunos ejemplos de esta situación en lugares tan dispares como la región amazónica, las áreas tropicales del Sudeste asiático como Malasia e Indonesia, Australia, o  las regiones árticas.

La peor parte se la llevan aquellas etnias que hasta hace poco luchaban por mantener un tipo de vida nómada. En este mundo globalizado han perdido no solo todos los derechos sino la consideración como colectivos humanos  de gran importancia e interés.

Creo que esta iniciativa supone otra oportunidad para denunciar este problema, espero pues que mi modesta contribución personal como científico que ha tenido la oportunidad de conocer de cerca alguno de estas problemáticas pueda resultar de utilidad.