PAZ o YUPAYCHANAQUY Y ALLIN KAWSAY

Asociación Savia Andina Pukara (ASAP) Promotory representante oficial, Zenón Porfidio Gomel Apaza

I.- INTRODUCCION

 El termino paz como definición filosófica y conceptual así como proceso social es fuertemente occidental. Existe una tradición histórica en la construcción de la paz con los procesos conflictivos que vivió occidente. El Islam, como doctrina, entraña un significado equivalente a paz;  no obstante su extensión contempla la posibilidad por medio de la violencia (guerra santa); por tanto la muerte de un fiel por el Islam en la guerra garantiza la paz celestial del inmolado; en este caso hay un vinculo inextricable entre la paz y la guerra; la guerra es el camino a la paz. La lógica islámica se comparte en la tradición occidental porque, desde el planteamiento de la dialéctica marxista  se asume que la guerra contiene la paz y la paz contiene la guerra; esto se hizo evidente después de la segunda guerra mundial, con la guerra fría, que era una paz armada con un potencial mucho mas letal.

 La visión cristiana, fundamentada por San Agustín, hace una diferenciación de dos paces. Una paz terrenal y otra celestial eterna. Al respecto Rossi dice:

 El concepto de paz lleva implícito la noción de orden, antes del pecado original como orden natural expresado en las leyes naturales y, después del pecado, como sujeción. "Así pues, la primera causa de la servidumbre es el pecado, que se sujete el hombre a otro hombre con el vínculo de la condición servil, lo cual no sucede sin especial providencia y justo juicio de Dios, en quien no hay injusticia y sabe repartir diferentes penas conforme a los méritos de las culpas ...". En este esquema y en relación a la Civitas Terrena, enfatizamos que la problemática de la paz terrena nos lleva de lleno a la legitimación de la necesidad de la coerción, siendo esta instancia de sujeción no contraria al derecho, sino conforme a él. Con todo, no se está hablando del derecho natural previo al pecado, sino del derecho que se instaura a posteriori del hombre caído, del derecho que se vincula a la falta y a la culpa, del derecho que sólo puede pensarse en términos coercitivos. Tal derecho es, para Agustín, garantía de convivencia humana en sociedad, pero de ninguna manera garantiza un sentido de verdadera justicia, como así tampoco puede legislar el foro interno de los hombres. En tal sentido, puede imputársele la importante función de regular sólo conductas extrínsecas, quedando reservada la interioridad humana a la sola contemplación de la mirada divina. Sin embargo, es pertinente señalar el juicio positivo que asigna Agustín a este tipo de derecho, que genera condiciones de civilidad y que, por otra parte, cobra cuerpo en el derecho romano. Este aspecto enfatiza el respeto del hiponense a la autoridad pagana, que también debe ser respetada por los cristianos. De este derecho y de su aceptación resulta que pueda haber garantías de paz terrenal. Paz que es aprovechable tanto por paganos como cristianos.

 Otro de los aspectos centrales en el tratamiento de la paz terrena, se refiere estrictamente al propio ejercicio del poder, tanto político como doméstico, siendo la categoría de sujeción el dispositivo por excelencia para mentar la construcción de la paz terrena.

 Para el hiponense ambos tipos de paces están ligadas al par mando-obediencia, y en ambos juega esta lógica, con la gran diferencia de que en la paz eterna quien gobierna es Dios, y en ello radica la figura de la "Verdadera Justicia", mientras que en la paz terrena, gobiernan los hombres sobre los hombres, siendo la figura esencial a esta última, la categoría de servidumbre, como consecuencia no de la naturaleza sino del pecado original

 La cosmología occidental  afirma la paz en una relación dicotómica entre el bien y el mal. Lo que se ratifica con los propósitos del desarrollo como proyecto mundial de transformación colocando a la palabra paz adjetivos con bienintencionados propósitos que no han hecho otra cosa que generar mas inestabilidad. Conceptos como “cultura de paz”, “educación para la paz”, etc, asimismo asumir la paz como una condicionante fundamental para lograr el desarrollo, están aún en proceso, pero las experiencias de esas búsquedas demuestran justamente lo contrario; es decir a mas desarrollo hay mas exclusión social, mas deterioro de la naturaleza, mas pobreza, mas desigualdad, etc. Elementos como paz, democracia, ciudadanía, etc.,  que apuntalan la noción de desarrollo están demostrando ser una utopía en un mundo dizque globalizado pero siempre heterogéneo.

 Sin embargo la paz sigue siendo un gran deseo que promete sosiego, tranquilidad, felicidad, en la convivencia entre y dentro de las colectividades humanas y en la dimensión holistica independientemente del espacio y tiempo en los que se ubican.

 Retomando el valor de la diversidad cultural en su sentido amplio se puede asumir que cada  cultura tiene una manera peculiar de lograr el sosiego la tranquilidad, felicidad, etc., puede o no llamarse esto paz. En la vivencia andina el “fin de la vida”, si vale el termino, es propiciar mas vida en todas sus formas, cuyas expresiones son en armonía, en complementariedad entre los diversos componentes del mundo andino, a este proceso también se llama allin kawsay. El allin kawsay se logra compartiendo todas las posibilidades que facilitan la vida, no es un proceso exclusivamente humana, sino holistico, obviamente este proceso no está exento de conflictos que tienen formar propias de resolución; los conflictos no tienen contenido de guerra por dominar al otro para someterlo y afirmar la supremacía; son para armonizar entre personas o grupos en temas que son de mutuo interés; también existen confrontaciones grupales periódicas, que algunos autores lo llaman guerras rituales, cuya connotación entraña la armonización, es decir hacer parte de un ciclo de regeneración.

 La ciclicidad de la vida no es una marcha homogenea, los momentos de sosiego preceden o anteceden, en buena cuenta alternan con momentos de no sosiego, sin dejar de ser armonioso. Después de un tiempo de intensas lluvias viene la calma, o después de una labor de barbecho que es bastante movido, llega otro tiempo de calma; a esto en el quechua de la zona norte de Puno se dice THAUJ; el thauj es parte de un ciclo, como que en un ciclo pueden haber varios momentos como ese; pero no todo puede ser thauj, esto seria como el estancamiento del ciclo. La armonía es posible por que se vive en respeto mutuo (yupaychaquy en quechua) entre todos los habitantes del mundo compartiendo la vida (allin kay¡wsay).

 Este articulo ofrece, básicamente, testimonios de agricultores del distrito de Corani, provincia de Carabaya, en el departamento de Puno, acompañado por algunas citas para hacer una suerte de contraste que corroboran la comprensión de la temática. Se colocan los testimonios y se hace una reflexión final a manera de conclusiones.

II.- EL YUPAYCHANAQUY, EL THAUJ Y EL ALLIN KAWSAY

EL WARAQANAQUY CONTIENDA PARA SABER LA PRODUCCION

 En la capital del distrito de Corani, provincia de CArabaya, el día domingo de carnaval de cada año los comuneros realizan una fiesta ritual denominado “waraqanaquy” (hondearse entre comuneros de distintas zonas). Para ellos este día es denominado “domingo juego”. Estas épocas están intrínsecamente relacionadas al calendario agrofestivo, y es donde los productos en las mandas (áreas comunales de chacras) están floreciendo e iniciando a madurar. De las cinco comunidades existentes en el distrito dos comunidades son las mas chacareras, una de ellas es la comunidad de Isivilla, para este caso son denominados Qollanas, y la otra comunidad que en las ultimas décadas y los últimos años ha venido siendo considerado como pueblito o capital del distrito, comunalmente para esta fiesta la denominan Llaqta. De cada comunidad eligen 12 a 16 personas agricultores chacareros siempre en números pares para la contienda  del “waraqanaquy”, existe un sargento que a sus lados le acompañan dos sub sargentos, el principal lleva una vara tallada de 2 m. al cual le prestan mucho respeto los contendores que siempre están en batallón, la vara esta confeccionado de palmito, ellos lo denominan yunqa tisimanta (de palo de la selva). De ambos bandos completan la pareja contendora. Existen cuatro personas longevos que son los que tocan melodías específicamente para el caso con instrumentos como el pito (quena al que se toca horizontalmente) y una tarola de cuero de venado.

 Antes de iniciar  la contienda se hace un ritual  peticionando a las colectividades naturales (sallqas), sagradas (apus, pachamama). Desde su cosmovisión como todos viven, todos deben participar para poder decidir si la contienda va ser buena o regular a la par para saber si las cosechas serán buenas o regulares de acuerdo a los que hagan coger en mas cantidad a los rivales. Después del ritual todos vestidos con monteras, sacos gruesos que a medias llegan a cubrir los muslos, pantalones cortos que a penas llegan a las rodillas, y varias hondas especificas para el evento son amarradas al cuerpo; con saltos y cánticos al ritmo de las melodías van al escenario para poder encontrarse con su pareja rival de la otra comunidad. Al encontrarse entre guerreros en batallón cantan suavemente para que puedan no temerse. Después marcan con las varas una distancia para que se ubiquen cada contendor al que le toque el turno (aprox. 8 m.) luego en par de ambos bandos suben saludan a la cruz del alférez (alferado) que esta delante de ellos. El gobernador del distrito les alcanza los trozos gruesos de un tallo de una especie arbórea denominada kayara, (diámetro de 5 cm. con largo de 6 cm.). Lo contendores tienen para cuatro tiros, el primero es para lanzar flores a su contendor, los siguientes para hondearlo en el cuerpo. Y en tiempos espaciados van lanzándose los trozos calculando el acierto. El sargento, sus sub sargentos y la música acompañan bailando viendo la contienda de cada uno. Al finalizar el gobernador declara la presencia de abundantes cosechas en las chacras del grupo que acertó en dar al cuerpo de sus contendores en más oportunidades. Luego entre todos visitan a las chacras de papa. La comunidad visitante qollana y principalmente el sargento pide el permiso al gobernador  para obtener de algunas matas papitas al que denominan MALLIY y se la llevan con mucho cariño besándolos sin hacerlos contactar con el sol y estas puedan ser ritualizadas por todos al llegar a su comunidad, haciendo la fiesta en honor  a las comidas agradeciendo la contienda que les predijo las cosechas.

 Al respecto Don Antonio Pineda Pelaeyz de la comunidad de de Corani dice:

“Cuando nos ponemos esa ropa de los que hacen el “waraqanaquy”, nos entra un anima (energía) que nos cambia nuestra personalidad, somos otros, no somos nosotros, parece que ese anima es de todos los apus de nuestra comunidad, nuestras chacras. Cuando estamos hondeándonos el dolor no se siente, lo hacemos para que tengamos manos para hacer chacras en adelante. Yo he pasado el waraqanaquy, después de eso más chacarero me he vuelto. Parece que las chacras te quieren más cuando haces el waraqanaquy. Muchos se dan en la cabeza, en la quijada, en los nudos (rodillas, codos) te duele después pero mas te gusta la chacra”. 

EL THAUJ, YUPAYCHANAQUY Y ALLIN KAWSAY

 Los castigos rituales y comunalmente disuelven los conflictos provocados por uno de los integrantes de la comunidad durante un año. La comunidad espera el momento propicio para hacerlo. El respeto en la comunidad se halla asociado a la expresión de que “todo tiene su momento y su lugar”.

 Para los agricultores criadores de la agrobiodiversidad de Macusani y particularmente del distrito de Corani las rondas campesinas son todos los runas (personas) de las comunidades, y desde sus vivencias son todos los apus, la pachamama, las chacras que se pueden criar, sus animales, los sapos, vicuñas,  etc, por eso se habla de crianzas, por eso la gente busca estar en armonía con todo su entorno natural, y cuando no se ve esa armonía es que van en su búsqueda en forma colectiva para cosecharla, al respecto tenemos el testimonio de Don Antonio Pineda Pelaeyz de la comunidad de Corani quien dice: “Rondas somos todos de la comunidad, varones y mujeres de toda las edades, todos velamos por el bienestar de nuestra comunidad, para que haya respeto (yupaychanakuy) entre nosotros; y para que este sea bien participamos siempre con el permiso de la pachamama, nuestros apus, porque a ellos siempre les estamos consultándoles, dándoles lo que nos piden, y por eso ellos son los que nos guían nuestras actuaciones, por ellos caminamos, porque ellos nos cuidan, nos amparan de los machu wayras (vientos malignos), nos dan de comer de las chacras, por eso queremos y somos rondas, así siempre también había sido antes, pero como aumentaba o crecía la injusticia que nos estaba involucrando a nosotros mismos convirtiéndonos sin respeto, el respeto (yupaychanakuy) ha surgido como rondas campesinas.”

 Al respecto don Eudi Pineda Riquelme de las comunidades de Corani dice:

“En los diferentes encuentros de ronderos que he acompañado en las comunidades he visto que los abuelos son los que saben con que hierba ayudarle a sacar el mal calor que tienen (qoñi kallpa saltarichij) los que cometen los errores. La ortiga es una planta que quita ese calor interno malo, la ortiga le cura porque hace doler, es como si te conversara para que no hagas más otra vez cosas malas que perjudiquen la comunidad. Los abuelos juntan muchas plantas de ortiga negra macho eso lo mezclan en agua y le echan sobre una manta y con eso al quien a cometido algún mal le  amarran desnudo todo el cuerpo por unos instantes para curarle los calores malos internos (quepecharqunqu jampinapaj koñi saltaj kallpanta), y este es santo remedio para que su cuerpo y su anima este “thauj”, y no vuelve ha hacer cosas perjudiciales, se vuelve tranquilo respetuoso”.   

 Las personas que castigan tienen que estar sintonizados consigo mismo, la naturaleza y lo sagrado en este caso el látigo. De este modo la armonía vuelve a la persona castigada y su integración a la familia lo hace sin rencores, para ello deben ayudarlo con rezos, reflexiones de todo corazón.  Al respecto el testimonio de Don Antonio Pineda Pelaeyz de la comunidad de Chimboya dice: “El respeto es el yupaychanaquy, esta puede estar presente en todo lugar, por ejemplo mi padre me ha enseñado que también el respeto estaba en la werlincha (chicote para azotar), con eso nos castigaba, pero con mucha serenidad. El me llamaba bonito cuando estaba bien calmado, diciéndome: “vamos a conversar con el werlincha”, me encerraba en un cuarto y ahí rezando sabia darme, el decía yo no te he castigado, esta werlincha te ha castigado, yo solo le he suplicado, y le agradecía con mucha fe al látigo y me soltaba; y yo para el estaba thauj (en paz), mas luego me abrazaba con cariño hablándome de todo lo que le habían enseñado a respetar. Por eso sabíamos que a la werlincha se debería respetar, mi papa decía este látigo es el señor nuestro papá y conversaba con el, y nos hacia besar tres veces cuando nosotros nos portábamos mal, no todas las veces nos castigaba. Esa werlincha era como una persona, cuando hacíamos nuestros qhoyasqas, jaywarisqas, churaqusqas el la  ponía al lado de sus istallas (mantas rituales) le pasaba con un poco de untu para darle olor a pasividad. Cuando la besábamos y veíamos colgado en un lugar sagrado sentíamos yupaychay (respeto) y todos recordábamos que se debe respetar a todo lo que existe y caminábamos bien, así era.”

 Dentro del allin kawsay las lluvias también tienen su momento para precipitar,  y cuando excede puede ocasionar desarmonias, como también por su ausencia. Después de una lluvia siempre se dice “thauj qarqun” (se ha tranquilizado). El mes de febrero es llamado febrero loco, porque es una época donde las lluvias a veces exagera y ocasiona disturbios pero es parte del allin kawsay que esta en su momento,  por lo tanto si las manifestaciones ocurren en su tiempo son sinónimo del bienestar, y cuando no ocurre en el tiempo es que se esta generando la desarmonia. Al respecto Don Eudi Pineda Riquelme de 28 años de edad, comunero de la comunidad de Acconsaya nos cuenta la práctica de cómo hacer calmar las lluvias de exceso:

 “Las lluvias son muy buenas para las chacras, para que abunden los pastos, y exista bastante agua, y de eso vivamos todos, pero muchas veces también es malo, ocasiona derrumbes, malogra chacras, hace pudrir pastos, enferma animales, eso cuando ya no cae en sus momentos y de eso no mas no vivimos bien. Para calmar las lluvias mi abuela me contaba y nos decía que pongamos una q’ahua (bosta de vaca) en la puerta de la q’oncha abuela (fogón), y cuando estaba ya todo al rojo vivo, nos hacia salir con la bosta quemada, y sabíamos tirarlo al rió que estaba cargado, y nos hacia gritar fuerte: “awuelayta, wala, mayu apan, imananmi, yanapawaysi, awelayta apan mayu” (a mi abuela el rió se lo esta llevando, que esta pasando, el rió se lo esta llevando, por favor ayúdenme) así sabíamos saltar casi llorando al borde del rió, y de unas cuantas horas la lluvia se andaba calmando, “thauj capusan” (se tranquilizaba todo). Dice que el rió es una persona, entonces cuando le convocamos nos puede ayudar, solo debemos pedirle con mucho cariño.  Así recuerdo que me enseñaban.” 

 Cuando la presencia de algunos de los miembros de la naturaleza es excesiva en su incidencia que lastima la tranquilidad y armonía de las familias, como del zorro robando crías en exceso provocan a que se puedan hacer practicas de secretos para que esta no vuelva a afectar, y si es que continua aplican otras practicas que pueden causar la muerte del zorro, todo para que en el pacha local de la familia se presente la armonía o el allin kawsay.

 Doña Maria Condori Huaranqa del sector Chisiani pampa de la comunidad de Chimboya dice:

“En el campo siempre el animal (zorro) esta asechando nuestros rebaños, queriendo comerse alguna cría. Y para poder evitar su presencia masiva hacemos lo siguiente: amarramos una qollota (piedra redonda de uso domestico) en una hojota del lado izquierdo con una “waraqa” (honda), eso lo llevamos detrás del fogón, eso le tapamos con una “jikiña” (tostadora de arcilla) y alrededor le rociamos ceniza. Esta práctica hace de que el zorro no pueda fijarse en nuestros ganados que criamos. Parece que el zorro entiende que sabemos vivir en armonía (allin kawsay) ya que ellos vienen cuando no vivimos bien”

 Sobre los dicho por Maria Condori, Doña Cleofe Acrota Riquelme de la comunidad de Chimboya, agrega:

“Cuando mucho vienen zorros y se come muchas crías. A un perro macho “tinqu” (joven y fuerte) antes de que empiece a fijarse en hembras le capo sus testículos; esos testículos le envuelvo en un trapito, y con una “waraqa” (honda) la hondeo a distancias cercanas alrededor de la “qhecha” (cerco de piedra) diciendo: ¡zorro chaco!, ¡zorro chaco!, luego sigo hondeándolo hasta llevarlo a la cumbre del cerro mas próximo a mi cabaña. Ahí arriba hago un hoyo pequeño, pongo kintus y algunas hierbas y sobre eso le pongo los testículos y la entierro, esto con mucho respeto. Luego el perro capado de un tiempo siempre está al lado del rebaño (alpacas, ovejas y llamas) en la noche duerme al lado de nuestro ganado, y cuando viene el zorro le espanta no deja robar ninguna cría. Es muy bravo hasta puede llegar a matarlo.”

 Las desarmonias que son también provocadas por motivos de pérdida del ser querido, pueden quedarse en uno mismo haciendo que no se pueda vivir en allin kawsay. Estas desarmonias se pueden curar para volver a vivir tranquilo en allin kawsay y thauj.

 Don Víctor Ganoso Molina comunero neto de Palca-Ollachea, curandero con más de 18 años de oficio, nos cuenta:

“En las comunidades existen personas que todo el tiempo están con pena, están tristes por malas experiencias o tener tristezas de alguna perdida familiar y no viven plenamente el “allin kawsay”. Para eso es bueno buscar una piedra muy vieja que se desmorona como guano al agarrarlo, y se la encuentra del subsuelo, cerca de los “machays” (rocas gigantes o rocas calizos). Esa piedra se debe hacer hervir acompañado de un trozo de fierro viejo. El aguita de este se debe echar a una taza y hacer “t’iquir” (decantar), eso se debe hacer calentar y tomar como mate. Eso es santo remedio para las penas de ese hombre se vaya y empiece a estar en armonía.”

 El allin kawsay puede ser sinónimo de paz, vuelve cuando se presentan en la comunidad excesos de desarmonia, y la cosechan de acuerdo a la cultura de cada zona. Al respecto don Don Estanislao Mamani Hancco de la comunidad de Quelcaya ayllu Huancani dice:

“En nuestras comunidades se estaba perdiendo el respeto, el “allin kawsay”, yo recuerdo cuando era niño todo lo que criábamos (alpacas, llamas, caballos, ovejas) y las cosas que teníamos los abigeos nos los robaban, todos vivíamos de miedo, a mis abuelos y mis papas les pegaban después de robarles su ganado, igual a las mujeres a nuestras hermanas las violaban, nos cortaban las plantas de los pies con vidrio para no poder perseguirlos, algunas veces nuestros hermanos fallecían, así era el abuso. Dormíamos fuera de nuestras cabañas al lado de rocas. Nos quejábamos a los jueces  y gobernadores de nuestro distrito, ellos no nos creían. Atrapábamos a los ladrones y les llevábamos a las autoridades, pero estos salían a favor de los ladrones, nosotros salíamos culpables. Tanto fueron los abusos que nos hacían, hemos empezado a organizarnos para hacer justicia con nuestras propias manos. Para eso capturábamos a los abigeos y los llevábamos a lugares muy lejanos para con nuestras propias manos juzgarlo, pero siempre con el permiso de los apus la pachamama, les dábamos su parte sirviéndolos, para que ellos nos guíen en el camino y nos den fuerza para poder hacer los ajusticiamientos, picchabamos bastante coca y así hemos logrado la tranquilidad en nuestras comunidades qunanqa thauj capuyqu. (y ahora estamos tranquilos) “allinta kawsaqapusayqu” (estamos viendo bien).  Sobre esto ultimo, Don Raúl Peralta Quispe de la comunidad de Quelcaya agrega:

“Cuando era jovencito yo veía todos los abusos que había en nuestras comunidades por parte de las autoridades, abigeos y los mistis hacendados. No vivíamos bien, todo nos robaban, éramos nosotros los culpables, no nos escuchaban, éramos explotados, todas nuestras fuerzas se estaba terminando. Entre nosotros estábamos convirtiéndonos ladrones, era difícil de vivir en “allin kawsay”. Ya grande me fui al cuartel, después de dos años retorne, y mi comunidad necesitaba gente que pueda ser fuerte de “anima” (espíritu), entonces me nombraron como presidente para poder organizar a la gente de nuestras comunidades, y en esos momentos era mas fuerte los abusos, entonces siempre con la ayuda de mis padres que sabían que podía yo llevar adelante me ayudaron, ellos me han encomendado a los apus, la pachamama, para que en mi andar no me pase nada, no me enferme, no me asuste, etc. entonces logramos crear las rondas campesinas que era la practica de los ajusticiamientos a los modos campesinos, a los modos de nuestros abuelos, con rituales muy fuertes, se pagaba bastante a la pachamama en esos años del 90. Y hasta ahora es la única organización que esta poniendo orden a las comunidades y estamos viviendo en tranquilidad, pero la desarmonia puede volver, es por eso que debemos siempre estar pendientes. Las reuniones lo realizábamos en lugares muy alejados de las autoridades, lo hacíamos en la cumbre de los apus, en las apachetas, porque eran lugares sagrados y tenían bastante fuerza”.

 Para vivir el “allin kawsay” existe el concepto que todos los que sean parte integrante de la naturaleza entre, runas, difuntos, apus, vientos, chacras, etc., viven siempre y cuando recíprocamente merecen su parte.

 Doña Cleofe Acrota Riquelme de la comunidad de chimboya dice:

“En el mundo andino el “allin kawsay” (buen vivir) deben vivirlo todos, los difuntos, el viento, los apus, los ríos, las lluvias; no vive thauj aquel integrante de la comunidad que no ha recibido lo que le corresponde, ejemplo cuando las mujeres abortan a criaturas y no las entierran la botan en cualquier lugar, estas criaturas no viven bien el “allin kawsay”, andan penando hasta incluso llegan a ser vientos malos. Cuando las tocas ingresan al cuerpo y te poseen porque están en búsqueda de vivir porque esa criatura tuvo vida. Y cuando te posee crece en tu interior provocándote enfermedades hasta puede lograr matarte, y para vivir bien se necesita curarse bien, o también recomendar a las jóvenes a que no se haga esas cosas para vivir mejor en “allin kawsay”.”

 Existen lugares sagrados dentro del paisaje local de las familias, los cuales hacen parte para que pueda vivir en tranquilidad o allin kawsay, como también dentro de los paisajes naturales existen lugares sagrados que los comuneros las conocen y para evitar desequilibrios dentro de sus vivencias las respetan.

 Al respecto don Antonio Pineda Pelaeyz de la comunidad de Chimboya dice:

“Cada año estamos haciendo fiestas como el señalaquy a nuestros ganaditos, chacras, hacemos jaywarisqas a nuestros lugares sagrados para tener el “allin kawsay”. Y estos lugares son respetados, no debemos pisarlos ni molestarlos, solo en su momento se las toca. Las picotas, las mesas rituales de piedra en donde se depositan los alcanzos no repisan, puedes andar llorando durante varios años, como también enfermarse. En los paisajes cuando pisas “hatansillas” te puede crecer una “hatansilla” en tu pie y no dejar caminar, se debe respetar, o si no vives bien, por eso se debe conocer”

 A eso mismo Don Mauro Solís de la comunidad de Chimboya corrobora:

A las crías  de huallatas se debe agarrar antes que los padres se junten y las lleven hasta una lagunilla cercana, si les agarramos después podemos tener serias dificultades en nuestro buen vivir (allin kawsay), nuestra crianza de llamas, alpacas durante tres años se reduce, las crías mueren, porque la huallata llora, entonces nos desea que nosotros también lloremos por las crías de nuestros animales y vivamos tristes.”

III.-  COMENTARIOS FINALES Y ALGUNAS CONCLUSIONES

  • El termino paz es  posible apreciar en un proceso de dicotomización del mundo, en medio ce confrontaciones, es asimismo abstracta y utópica porque sigue siendo una buena aspiración propio de la cultura occidental donde los logros son transitorios y perecibles. La paz celestial como lo prescriben las doctrinas cristiana e  islámica pueden diferir en las metodologías para alcanzarla, pero no hay duda que es una paz personal, no es una paz colectiva ni holistica. En el mundo andino se vive el allin kawsay o el thauj, siendo uno de sus pilares el respeto mutuo (yupaychanaquy); estos son un conjunto de sentimientos que enhebran el buen vivir de las colectividades existentes en el pacha; interesa aquí el bien vivir de todos, no solo del ser humano; por tanto difiere en absoluto de la paz occidental que procura la tranquilidad o bienestar individual.
  • Paz en la cultura occidental moderna es instrumental por que se convierte en medio para alcanzar bienestar a través del desarrollo. Los mecanismo que utiliza el desarrollo son nocivos para la naturaleza. E igualmente todos los mecanismos multilateralmente formados para la preservación de la paz contienen medios de guerra, por ejemplo las fuerzas de paz de la ONU o que los chilenos se arman para garantizar la seguridad y el bienestar de su país. Entonces paz es al mismo tiempo guerra.
  • Existen bastante aseveración en relación a las confrontaciones (en forma de peleas o guerras) de pueblos o comunidades en distintas fechas en varios lugares de los Andes, como los que practican aún en provincias altas de Cusco que colindan con el departamento de Puno . Unas califican como actos reñidos e incivilizado; otras pretenden afirmar  como expresión genuina de una cultura donde le valor estriba en la visión agrícola que corrobora los procesos vitales de las poblaciones confrontadas, en la generalidad se aprecia como juegos. El wayaqanaquy de Corani es una de esas expresiones; este no es exactamente una guerra ni es un acto meramente lúdico;  en principio es una actividad dentro de una fiesta agrícola que posee la virtud de develar la tendencia de la producción en el tiempo y en espacio aparentemente específicos, puede ser la comunidad que mas acertó con los tiros, pero el sentimiento de bienestar es para todos; además de ser una forma para hacer brotar y afirmar la vocación por la crianza. En concreto el waraqanaquy afirma el carácter agrocentrico de la cultura andina.
  • El allin kawsay puede ser estropeado por los desordenes sociales y políticos oficiales, este es el caso del abigeato y su tratamiento cuando intervienen las autoridades oficiales. Frente a ese desorden las comunidades, apelando a su capacidad de regeneración y resiliencia, asumen actitudes que procuran y contribuyen a restituir la armonía; a esto se llama rondas campesina, que mas tarde trascenden a escenarios políticos oficiales mereciendo la atención del estado que en buena medida distorsiona el real propósito para el que surgieron; sin embargo mantienen su esencia y su metodología como medio para restituir la armonía perdida. Las rondas campesinas en las alturas de Carabaya instan y promueven que exista el yupaychanaquy entre seres humanos con la ayuda de las deidades.      
  • El bienestar, la armonía, “thauj”, “allin kawsay” es relación armoniosa del hombre con el entorno natural, con sentimientos  de pertenencia. Por lo tanto el cosechar, compartir, criar, resolver conflictos son actitudes que contribuyen a la regeneración de la vida cotidianamente,  a esas expresiones se viene llamando “allin kawsay” o “thauj”
  • La vivencia misma del allin kawsay involucra a todos los seres naturales de la pacha, sino se está en conversación con el entorno puede significar desarmonias, eso no quiere decir que no se pueda recuperarla. Para muchos esa desarmonia puede ser allin kawsay. Como entender al allín kawsay que es diferente para un niño como lo es para un anciano, o entre una comunidad y otras, es decir lo que es armonía para unos puede ser desarmonía para otros.
  • La palabra thauj es una palabra que contiene al mismo tiempo las tres dimensiones de la vida (pasado, presente y futuro), es elástica de acuerdo a las manifestaciones que posee el integrante de la colectividad natural, el thauj interioriza las actitudes en equilibrio.

CONSULTAS

  1. Informes mensuales internos de ASAP. (2005 a 2007). Proyecto fortalecimiento de la Calidad de vida en base a las Capacidades  y Potencialidades locales en Carabaya.
  2. Pontificia Universidad Católica del Perú. 2003. Ritos de Competición en los Andes, Luchas y contiendas en el Cusco. Fondo Editorial PUCP, Lima Perú.
  3. Rossi, Miguel A. (    ) Concepto de Paz Terrena. En www.bu.edu/wcp/Papers/Medi/MediRoss.htm , consulta hecha el 15 de marzo 2007.